miércoles, 5 de agosto de 2015

Olvídate del mañana

Bajó el sol a despertarme,
saqué la espalda del banco,
y me levanté con hambre,
hambre de sueños, de ojos blancos
de ojos limpios.

Reposé mi último recuerdo y,
en el anterior, tenia 8 años,
oía música clásica, rap underground.

También repose el amor actual, y en el ya pasado; su poesía temblaba cómo tiemblan pijos en barrios proletarios, cómo arden las sirenas de la ambulancia, vaivenes. Infranqueable su risa mítica, inolvidable el manto de su pelo que abrigaba un anochecer más.

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