miércoles, 17 de junio de 2015

2 copas, de árboles en tus ojos.

Las fantasías no son un hecho,
son sueños, yo los escribo.

Tu cuerpo es mi tumba,
tu pelo el sol de verano,
tus ojos el campo santo
lleno de arbustos.
Tu cuerpo Siberia.

El Moscú que pisó Stalin,
El Leningrado sin el nuevo nombre,
yo un niño, pequeño, desde siempre,
tú de donde no bebo, de la vida mi cáliz.

Lleno de traumas, de errores,
tus tetas en mi cabeza,
tu culo sobre esos mierdas...
partiendo mis flores,
rompiendo la esperanza,
ya no encuentro en mi, amores....

Tu nudo, en mi garganta, en mi estómago,
alejado del estudio, cercano a los lloros,
me dueles, mi vida, en la misma habitación

hoy están ocupados por otros
los pupitres dónde conocimos el amor.

Espero verte, en la otra vida...
Niña de mis ojos, tu voz es mi alegría.

El roce de tus manos, me deja sangrando, cómo jabalíes, a balazos en el campo...

Me duele tu risa, mis rosas son tuyas,
montaña rusa, en mi cabeza
reza, llegando a arriba
una nana vacía.

Siempre fui el mismo, jodido por la misma mierda.

Por fuera una piedra, por dentro una gominola...

Comiendo amapolas, recordando con melancolía y lágrimas nuestra guerra...

Yo Alemania, tú la Unión Soviética.

Tú, mi sol soviético,

¿De qué vale una falda, una blusa, si el amor permanece hermético?

No me miras a los ojos...
El motivo lo sabemos de sobra nosotros...
pero no hace falta...
tu mirada vive perenne en mi cabeza...
y no se me olvidará, en la vida.

Tus labios, mi Libia, en guerra por tonterías...
Cuándo mueras, o me pegue un tiro...
¿Qué importarán las heridas?

Por mi, peque... sangrabas lágrimas... lágrimas que le daban mil vueltas a mis poesías...

Vete con ellos, si te dan alegría...
Sólo tengo para darte mis errores, mi amor, mi vida...

¿Quién volvería? A mi, más de una...
A ti, más de diez...
Las mías no valen una mierda...
Los tuyos, si te quieren es porque lo mereces...

Al menos... verte feliz... hace que me sienta una milésima menos mal...

Aunque ahora seas de cualquier hijo de puta...
Aunque yo sólo sea un vestigio de la soledad...

Por favor, no dejes que me pierda,
entre botellas de alcohol, y demás drogas...
Mete en mi tu geometría... tus círculos... tu sonrisa.

Ya nos veremos en la otra vida,
aunque te siga viendo en esta...
ya nada es lo mismo...
nunca fue lo mismo...

al paraiso, en aquella cocina...

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