miércoles, 3 de junio de 2015

"Vete... pero llévame contigo..."

No es su intención, pero tu pelo podría eclipsar a la luna con su propio brillo...
dejar ciego al sol.

Eras esa tenue flor que nacía.
El lirio solitario, la lágrima.
El versar del bosque.

El mayor placer de todo el año,
es esa mirada a lo lejos.

El recuerdo de lo que fui,
cada caricia en tu espalda.

Tu piel blanca, levanta
mis penas, mata mi estrés.
Y sin tocarte, a lo lejos.

Imagino lo que sería ser eternos, al menos hasta que esté muerto...
(y no falta tanto... si no vienes,
y permaneces a mi lado)

Todo lo que eres lo hicieron mis ojos,
pues no eres más que lo que veo, que lo que sueño, que lo que contemplo tanto y oigo...

En lo único que pienso antes de dormirme.
En lo único que pienso antes de despertarme.

Tú, el arte que nace,
déjame que hable,
y no me ladres más,
y déjame hacer las paces,
conmigo.

Estoy sólo
a conciencia,
pues el resto me acepta...

El problema nace cuando,
por inercia,
todo, me pide tu presencia, todo.

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